Àngel Gallardo: “He llevado nombre de Catalunya por todo el mundo”
Àngel Gallardo fue uno de los grandes protagonistas en la ‘Nit del Golf’, celebrada la semana pasada en Barcelona y donde recogió de manos del presidente, Ramon Nogué, y del vicepresidente, Alejandro Andreu, la Medalla de Oro al Mérito al golf, por su larga y exitosa trayectoria en el golf. Gallardo, de 78 años, mantiene una energía vital increíble, aunque en la velada se sintió abrumado por el reconocimiento del golf catalán.
“Me hace mucha ilusión esta medalla porque primeramente soy catalán y me siento muy catalán aunque mi vida haya transcurrido muchos años fuera de Catalunya a pesar de que he llevado su nomnre por todo el mundo”, explica este socio honorario de Golf Terramar donde inició sus primeros pinitos como caddie.
“No sé si habrá otro jugador que haya dado más vueltas por el mundo, pero lo bonito es que he vuelto a casa. El olor del mar de Sitges me sigue recordando mis inicios cuando iba a pescar con mi padre y de cómo cambió mi vida empezar a recoger bolas de golf del fondo del mar”, explica Gallardo, que no ha logrado el reconocimiento que tuvo Seve Ballesteros a pesar de sus éxitos deportivos en una época en que los medios apenas cubrían los torneos.
Gallardo reconoce que “el golf ha cambiado por completo respecto a mi época” y se mostró contrario a que los jugadores retoquen demasiado su juego técnico “porque lo más importante es lo que fluye de uno, y debe sacarle el mayor partido para no perder la confianza”.
Como miembro honorario del European Tour, Gallardo fue el gran impulsor del PGA Catalunya, donde su intención era traer la Ryder Cup de 1997, aunque finalmente acabó en Valderrama.
“Nos quedamos sin dinero y se la ofrecí a Patiño, que lo aceptó. Fue una de mis grandes decepciones, aunque aún tengo la esperanza de que llegue finalmente a Catalunya muy pronto”, avanza Gallardo, ilusionado por haber podido recoger la distinción en presencia de sus dos hijas “a las que no pude ver crecer ya que me perdí su infancia jugando por todo el mundo.
Ahora ya está en casa, en su Sitges querido y en su club de toda la vida, está dispuesto a disfrutar de la vida después de superar un serio percance físico y, por supuesto, unido al golf, el deporte que le dio la vida y del que no podrá separarse nunca, porque él representa el mejor golf.